El alma al viento...
De cuando en cuando su alma se desconecta de su cuerpo, aprovechaba el momento en que este se encuentra distraído para escapar cabalgando rauda a lomos de una ráfaga de viento. Necesita desunirse de su parte material para recargar su fuente de energía más profunda e íntima. Según en que estación del año o lugar se encuentre pilla una corriente u otra. En verano, en el Mediterráneo, los vientos cálidos de Levante la impulsan, pero si está en el sureste no le hace ascos a un buen Lebeche. Si busca un aire seco y caluroso para dejar desnuda su piel trota sobre un Mediodía. Prefiere mantenerse alejada de los bochornos, sirocos y calimas, el polvo del desierto le produce alergias. Sus aires favoritos son Los Alisios, espera con ansias la primavera para poder galopar sobre su corriente constante y vital, le traen sabor a Atlántico y además están cargados de muchísimos recuerdos de sus islas. Al llegar el invierno no desprecia el lomo de un Gregal o un Cierzo, aunque fríos,