De Cadenas, Whassap averiados y escarnios públicos
No me gusta la palabra cadena, no tengo muy claro cual es la razón pero no me gusta, ni sus significados más dulces terminan de entrar en mi.Así que cuando se comenzaron a popularizar la sucesión de mensajes en los correos electrónicos huí de ellos como alma que lleva el diablo en dirección contraria. Jamás de los jamases he entrado a participar y las he considerado muy propias de una ignorancia digital en la que solemos caer con mucha facilidad ya que son muy listas. Recurren a un abanico variado de estrategias para atraparnos que van desde el sentimentalismo, los miedos atávicos a la muerte propios de la raza, las supersticiones y como no, el arma más potente, nuestra economía y eso, eso amigos míos, es lo mas sagrado tal y como esta el panorama. Así que tras renegar de ellas durante años, explicar y razonar con muchos sobre el tema, ayer una extraña fuerza maligna y sigilosa se apoderó de mi como un veneno inoculado que me transformo en otra. Si, si lo confieso públicamen