Sardina, Iphones, Manzanas e Investigaciones Peregrinas
Creo firmemente que los científicos vuelcan sus gustos y nueras en las investigaciones que realizan, sino, de donde surge la idea de investigar temas como el de las sardinas ¿eh?..., ...pues de algún listo que las aborrecía fijo. De esta forma, hace un estudio donde demuestra lo malísimas son para el corazón y, ¡¡bingo!!, desterradas de nuestra dieta. Entonces, se generaba una conciencia de culpabilidad tan masiva que si osábamos paladear alguna, el efecto culpa conseguían apuntar al mas contumaz sedentario al gimnasio. Así hasta que, años más tarde llega otro,(científico claro, tus teorías o las mías no valen), hartito de no poder zamparse unos buenos espetones malagueños sin tener que hacer unas cuantas flexiones, decide demostrar que estaban equivocados y que son lo mejor que la naturaleza nos ha dado para la salud de nuestros corazoncitos y ¡Voilà! , dejamos el gim. Mi teoría es que a esto hay que añadir una corriente del absurdo que domina el mundo académico últimamente